martes, 15 de julio de 2008

Las Situaciones Desesperadas requieren Medidas Desesperadas

No son ni las 11 de la mañana y mi vida ha dado un giro por completo. Se lo explicaré de una manera sencilla…

Cuando alguien quiere hacer un castillo de naipes, empieza a construirlo con las primeras cartas de la baraja. Si se viene abajo, lo vuelve a intentar con las mismas cartas y algunas nuevas más.

En mi caso, mi castillo se ha venido tantas veces abajo que he acabado tomándole manía a esas cartas. ¿Solución? Baraja nueva a excepción de unas pocas cartas que nunca me han fallado.

Exactamente en esa situación me encuentro. Por ejemplo, a primera hora he llamado a mi jefe para que me devolviese mi antiguo trabajo: menos responsabilidad, menos emoción, menos sueldo pero… mayor libertad.

Después de esto, ya no tengo ningún motivo por el que volver a Madrid. A excepción de uno claro… este fin de semana va a ser la primera vez que mis canciones suenen en directo y con público.

Aprovechando que sí voy a tener vacaciones, me voy a llegar a una agencia de viajes a ver que me ofrecen. ¿Hay paquetes turísticos para una persona que no sea un crucero de solteros? En pocas horas lo averiguaré. Si alguien me echa de menos… que no me busque en España.

De todas estas, la medida más desesperada está por venir.

El amor es como un castillo de cartas, frágil e inseguro ante la brisa, o ante la prisa de elevarlo por el temor a derribarlo.

Hasta ahora no me he dado cuenta de que la vida también.

1 comentario:

Anónimo dijo...

TE LO DIJE

te pasa por gilipollas!!!!

ahora vas y le dices lo del sabado y entonces ya es que te falta Madrid para correr