lunes, 19 de noviembre de 2007

¿Qué queda después de la desolación?


Nada. Por lo menos a mí no me queda nada.
Después de angustiarme hasta el extremo no me queda nada.

Me levante una mañana. Estaba decidido a enfrentarme al mundo, a preguntarle lo que durante semanas me daba miedo a pronunciar... y la verdad me abofeteó de la manera más dura

El siguiente día me empujó a huir del día anterior y buscar protección en los brazos de esa persona en la que depoditas todo cuanto eres...
Fui a buscarla, esta vez hice oidos sordos a mi alrededor y después de mucho (quizás demasiado) fui para estar a su lado... pero lo único que encontré fue que cuanto más me acerqué más claro me dejó ella que queria estar lejos de mí... Proporcionalidad inversa lo llaman.


En 48 horas me encontré con esta realidad de golpe. En dos días empecé a perder y perdí a dos de los tres pilares que me quedaban en la vida.
Cualquier otro en mi situación habría dejado pasar las horas para después consultarlo con la almohada.


Pero... ¿qué pasa cuando ni en los sueños encuentras consuelo? ¿Cuando cierras los ojos y te ves con 5 años saliendo del colegio y te encuentras a tu abuelo esperandote igual que siempre, con su traje gris y sus gafas de sol? Poder abrazarlo otra vez después de casi 8 años no tiene precio. Dios cuánto lo echo de menos! Parece que él es el único que se acuerda de esa promesa: cuando me necesites alli estare... Lo cruel llega cuando de camino a casa te dice que vuelvas solo porque a donde él va no puede llevarte...



Al final del día, tanto dormido como despierto estoy igual de solo...


Después de mucho llorar y poco dormir solo he llegado a esto:
Que alguien me haga volver atrás y me despierte o me deje dormir ahora para siempre...


1 comentario:

Anónimo dijo...

Crack! No sabs cuanto me alegro d volver a leer y releer cada cosa q escribes! Se te exaba en falta, tio! Aunque ojala hubieses vuelto por otro motivo. Siento mucho q estes tan triste.Animo desde cataluña